24.2.08

cora-son al límite

El día de ayer, en Playas de Tijuana, en el rincón de Latinoamerica, se juntaron los "Soneros" de ambos paises -México y Estados Unidos- para sacudirse en las tarimas y rascarle a las jaranas. Los motivos 2: Primero mostrar la inexistencia de la frontera, y segundo, una protesta por su presencia e instauración.
A las 12 del día se citarón los musicos. De ambos lados se acostaron dos tarimas de madera y una parbada de al menos 20 jaraneros que al ritmo del ruido travieso del arpa, del retontoneo de las Cajas y del chillido del "mosquito" y las jaranas, amenizaron por cinco horas los aires fronterizos del límite entre Tijuana y San Diego.
Todos, hombres y mujeres, mexicanos y gringos, morenos y gueros, hacian retumbar el ambiente con musica viva y alegres cantos.
Se respiraba un ambiente de coorperación, camaraderia y amistad. Mucha alegria pues.
Los musicos conforme iban llegando a la "línea" veían tras la malla metalica que los divide a los amigos, conocidos o compañeros soneros. Se saludaban -no se estrechaban las manos porque a traves de la malla sólo los dedos caben-, así que solo se frotaban los dedos en seña de saludo y bienvenida.
"la morena", "el lagarto", y otros muchos cantos Veracruzanos se combinaban con "decimas" improvisadas y aprendidas para el contexto fronterizo. Dichos alegres compuestos ante la indignación de una frontera, a contraluz de las políticas migratorias de ambos países y como sonoros ruidos de esperanza y hermandad. "La musica calma a las bestias" pense, porque detras de los jaraneros apostados del lado gringo, se encontraban los guardias de la "Border patrol" inhertes y expectantes al taconazo y el rasgeo.
Nadie se movia. Del lado mexicano, como día de fiesta y en plena competencia con los ruidos estuendosos de un Carnaval organizado por el municipio, la gente, los turistas y los fisgones, se acercaban e irremediablemente se les veia el gusto por la musica y el canto alegre. Sus piernas, pies y palmas no paraban de moverse y contonearse al ritmo de las guitarritas. Pocos se animaban a bailar, pero la gran mayoría veía con gusto lo que ahí pasaba.
Fue una tarde amena y con muchos significados: la frontera sólo existe en las mentes de los políticos y en las apuestas de los gobiernos; para diluir y desvanecer la ignomia de la frontera se necesitan elementos sencillos de la condición humana como la musica y el canto; las personas se comunican por muchos otros idiomas que los gobiernos de los países deberián aprender.
Tarde de luz y hermandad se vivio en un pedazo de México y los Estados Unidos.

Por mi parte, yo como neofito aprendis de este espiritu rasgador jaranero, saque pronto mi instrumento, ese que Don Taconazo -oriundo de Tlacotalpan, Veracruz- hizo con sus propias manos y emepeze a participar de la fiesta. Sin canto, pero con mucho fervor rasgaba e imaginaba a Taconazo en su taller transformando la madera en musica y la musica en sueños. El sueño aquí fue derribar la frontera por instantes. Pienso que lo conseguimos, y pienso que Taconazo tiene un gran oficio. Su oficio que permite transformar la mádera en arma, y su arma que permite derribar muros.
Buena tarde. Buena salud a los Jaraneros transnacionales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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