9.11.10

Fabiana




1.
Lo miraba desde el espejo quebrado. Mirada aún altiva que curte a una persona de riesgos. No había más ruido que el de fierro retorcido y quemado. A su lado, la mano inerte prendida de la perilla que baja y sube la ventana. Al frente su mirada se perdía en un caleidoscopio creado por los vidrios partidos y las gotas de sangre. En su mano vio que sostenía la foto vieja y pensó que era de algún amor.
2.
Tres días de camino por el Altar. Tierra estéril a veces café, a veces ambarina. Un huizache hacia la sombra donde había que reposar el cuerpo durante el día. Al atardecer, cuando caía el sol, había que renovar la marcha.
Dos botes de agua caliente por el tiempo y el clima en cada mano se hacían menos pesados y se empezaba a preocupar. Una lata de atún, pan Bimbo y rajas la Costeña completaban el menú. Al tercer día todo se acabo y ya había varios rezagados: eran tres, se cansaron, nadie los espero. Él tenía algo de culpa pero avanzo. Ahora que estaba en el freeway y la camioneta ya venía, se reconforto. Pensó que lo había logrado.
3.
Miércoles 3 de junio. Viento frio en la mixteca Alta. Mochila en mano; despedida fugaz. Esta sería la tercera vez que iría. Dos años estuvo allá la primera vez; unos meses la segunda y esta última iba por cinco años. Se había casado recién y tenía que pagar por la compra del terreno y la construcción de la casa.
Sin más familia que Fabiana, su mujer, iría a trabajar en la construcción. Junto para el pasaje y se endrogo con el prestamista de la región para el pago del Coyote. Iba solo, pensaba ya conocer como estaba la movida.
En su cartera la dirección de un nuevo patrón al que contactaría llegando y la foto de Fabiana. Él se fue, ella lo esperaría.
4.
Cuando se subió, no se atrevió a emitir un juicio pero no supo si estaba tomado o drogado. No le dio confianza y tuvo la corazonada de mejor no subirse, pero en esas circunstancias, no dio paso a la intuición y lo hizo, se subió. 3 km adelante, luego de un volantazo brusco la camioneta se volteo. Él ya no pensó nada, no pudo. En un minuto solo tuvo el reflejo de aferrarse a la foto que saco de la cartera arremolinada en la bolsa de la camisa. La agarro, se aferro a ella y la empuño en su mano. Dio un último grito de espanto y luego todo se apago.
5.
Él seguía viendo como se le iba el dolor. Moriría de Coyote pensó. Se acomodó y miró cómo aquel hombre que iba a su lado, solo sostenía una foto. Nunca sabría que se llamaba Fabiana.

De Colaboración en: www.huellasmexicanas.org

31.7.10

Al Norte con Pena

Al otro día no había tanta especulación. Sólo calaba el dolor y la tristeza. La furia aún andaba vacilando por los aires del pueblo. Dijeron que había tomado y que andaba rijoso el ambiente. Es raro pues en todos los años que tenía de conocerlo, nunca lo había visto borracho, ni si quiera lo había visto empinándose alguna bebida de esas que raspan el cogote.

Yo me mantuve incrédulo ante la noticia. Lo malo es que ya había sido un hecho confirmado pues hacía dos meses que todo había ocurrido. No tenía oportunidad de entrar en dudas. Pero aún con la aguja de la certeza, no lo podía creer: No él, no ella –pensé-.

Fue por celos dijeron muchos. Fue un arranque… un instante en que hablo el diablo y el mundo cambio.

Quizás ya lo había planeado pues se había acercado a las mujeres mayores, esas que guardan la autoridad bajo el sobaco y su dignidad es inquebrantable. –No quiere volver conmigo tía, cómo le hago- le pregunto desconsolado, pidiendo refugio y piedad. –Ya déjala muchacho- paciente le contesto.

Esa tarde salió de su casa y no sé si supo que no podría regresar. Con qué cara iba poder volver: Con el alma fracturada, la vida quebrada y tan lleno de lamento; ahí ya no cabría.

-Se perdió mijo-, dijo su madre aún afligida cuando la visite en el pueblo.
Esa tarde, ya casi obscurecía, subió la cuesta de la escuela empedrada y fue directo a casa de sus padres. Se miraron por última vez. Nadie sabe cómo se vieron los ojos, nadie sabe lo que se dijeron. Solo gritos después. Alboroto en el solar, lamento en la tierra. El detonante: nuevamente le dijo que no.

La agarro y pico de una vez. Todo tenía que terminar pronto, era mejor hacerlo bien. El aullido fue de desgarro… aún así corrió hacia adentro, pero nadie pudo hacer nada. La alcanzo y al zurcir con la fuerza de la mano vino el silencio. Ella se estaciono ahí. Él migro.

El dolo y la culpa vinieron después. También el entierro vino acompañado de la blasfemia: Ante el dolor profundo, la amenaza liberadora.

La familia completa se quebró, el abuelo se quedo un poco más opaco y los hermanos se separaron. Todos saben que migró.

Paso el tiempo y no ha habido noticias. Yo entré al panteón en mayo a saludarle y despedirme. Nadie me quiso acompañar, creían que lo estábamos escondiendo. No es así, también a nosotros nos dolió. No la encontre.

Se conjura que se fue a Chicago o North Carolina, pues allá están los paisanos. No se sabe… nadie lo ha visto o a nosotros no nos cuentan: Son cosas de la familia y del pueblo.

Se fue al Norte, lleva camisa blanca gastada. No es un asesino, solo se le mancho el corazón…. Y como bien sabe la madre: Se perdió.

Colaboración en: Huellas Mexicanas

23.7.10

Laagan

-Me forme al 20 para las 7 PM. Solo 30 personas estaban delante de mí. Tarde lluviosa. Gente fumando y tomando café en las sillas frías del lugar.

-Buenas tardes -me dijo- y rompiendo el boleto me sonrío. Adelante caballero –añadió- y con mi otra mitad en la mano, pase. 35 pesos al mostrador por unas palomitas encajueladas en un amplio cartón azul y un Boing de mango. Ya estaba armado.

-7 PM en punto. La luz se apago. La pantalla se ilumino. Con un acento extraño, un ingles algo confuso comenzó la historia.

-Parajes desérticos de la India de mediados del siglo. Una aldea o villa encrispada por un sol agobiante que ahuyentaba la pesadilla de la ocupación Británica a momentos. El móvil: la sanguinaria situación que se impuso a los lugareños a pagar doble tributo (Laagan) a su exelentisima Reyna. Sin lluvia y sin tierras productivas el doble Laagan se convertía en un derroche sanguinario de poder de un lado y miseria del otro. Una apuesta de por medio: si en un partido de criquet los lugareños ganaban a los ingleses el Laagan se condonaría no solo a los de la Villa sino a toda la comarca por 3 años consecutivos; en caso contrario el Laagan se cobraría al triple. Historia de respeto y dignidad cargada de colores y aromas a incienso. Un musical con cantos lamenteros que con emotivo significado enfrenta al espectador a una ríspida ilusión de alegría y emoción.

-La sala casi llena en su totalidad. La historia conforme se desarrolla va clavando al espectador en su butaca olvidando el mal tiempo de afuera y las palomitas depositadas entre las piernas.

-Tres veces la oscuridad. Tres veces se fue la luz, tres veces chiflidos y refunfuños nos sacaron del trance al que sin trabajo íbamos entrando.

-Nunca como esta vez presencie una proyección de cine viva. La sala entera participaba de las emociones: a la hora de reír una avalancha de carcajadas se asomaba por cada hueco del mentón; a la hora de indignarse los dedos formaban un puño armado listo para ser disparado; en el éxtasis de la alegría involuntariamente todos aplaudíamos al unísono; y así con cada lamento, con cada amorío nacido, con cada personaje polvoso. Fue sin duda el mejor público; es sin duda mi mejor proyección.

-10: 30 PM. Larga proyección, largo sulfuro. THE END en la pantalla… los aplausos de píe continuaron largo rato, y los recuerdos, las risas y los cuchicheos continuaron hasta la máquina de pago de estacionamiento.

10.7.10

Polvoron







nuevamente, sacaste tú moneda vieja y la aventaste lejos al aire. era el tostón de la suerte: callo... perdiste.

29.3.10

Rojo



Las luces en la colonia empiezan a brillar en los cuartos a las cuatro de la mañana, es un día de trabajo en el jornal, en el Valle de San Quintín. Solo los perros enfermos de sarna acompañan el inicio del día y se acercan a las puertas que esconden el movimiento de las sombras. El polvo esta estacionado en las hojas del árbol de trueno y dicen los que viven ahí que es la única hora en que puedes alcanzar a escuchar el rumor del mar.
Los sonidos son los de la cocina y algún estéreo encendido, y en la calle los motores empiezan a calentar. El cielo estrellado esta cerca de disiparse por el oeste y apenas y encamina los rondines de los trabajadores por el patio angosto de su hogar. Las estrellas han dejado de marcar los tiempos del hombre y cede su paso al reloj que apura.
Matilde ve aún a David -su hijo mayor- escondido bajo las cobijas y piensa lo pronto que ha crecido y que está ya muy cerca de los 16. No se distrae y le levanta brusca la voz reprochándole la desvelada que le pegó esa noche. A la una de la mañana él aun no había regresado del baile en la Maclovio y le pesa no solo el sueño sino también la preocupación. El ansia no es pensar en cómo se regresa, ni con quién anda, más bien le aterra la idea de que otra vez venga con la sangre en la sudadera y el hueso de la nariz a medio salir. Si ya van varias veces que le dice que se deje de juntar con esos vagos que solo lo están echando a perder; pero al final comprende que poco le puede exigir, porque la otra vez que llegó con el hilo de sangre en la frente de la pedrada que le dieron los de la Triqui –la colonia vecina- aún así se paro para irse al fil y ya casi acaba de juntar lo del gasto para los útiles de Serafín y Hortensia, sus dos hermanos menores que en unos días ocuparán al inicio del ciclo escolar.
Piensa en eso y se le amontona la preocupación y se desespera porque a ella se le viene encima el pago del terreno, la deuda de la tienda, la esperanza de que Hortensia a sus doce años por fin pase de segundo de primaria y de que a ella misma no le vuelva a dar el dolor en la herida del estómago que hace dos años se operó.
Matilde mientras prepara el lonche y pone caliente el comal, se queda mirando cómo a la tortilla de harina que está en la lumbre se le infla la panza y como que se quiere levantar del comal, se le figura como que se despierta, como si alzara sus brazos inexistentes y se prestara lánguida para el inicio del día. Piensa que ella debería de ser así, como ese amasijo de harina que puede despertar conforme, pero se le vienen los recuerdos a los ojos y se acuerda de Efraín, porque con el gasto que hizo para irlo a traer a Tijuana se le atrasaron los pagos de las deudas y el Patrón no le contó los dos días que tuvo que salir. Luego se vino el entierro y la desolación.
Efraín le había hablado que ya estaba allá pero fue el pollero que manejaba medio borracho y en una curva en un freeway se patinó y chocó. A Efraín ya lo encontraron muerto cuando llegó la ambulancia. Matilde hace sus cuentas y se fija que el domingo cumpliría un año justo cuando Efraín agarro para California. Ya era su tercera ida y con lo que le mandara iban a sacar la letra del terreno y a echarle impermeabilizante al techo de los cuartos, porque aunque aquí casi no llueve siempre están con el pendiente de que el triplay no vaya aguantar, además, pensaban echar de una vez la barda y quitarle el horcón o arreglar el carro que llevaba ya dos años afuera yonkeado. Piensa en eso y ve que la tortilla que admiraba se le quemó, ahora piensa que más bien ella es así, como ese amasijo de harina usado y cansado, negro como la noche que aún la acompaña.
Se sienta mientras cuida que no se le suba el café y le vuelve a gritar a David. Él ya medio despejado pregunta por su café y se apura a enredar en la tortilla sus papas y frijoles y los alista en el morral. Matilde no le acerca la taza y enojada le avienta el aluminio para que enrolle las tortillas y se eche su bote de agua. Sabe que esta enojada con él, pero en realidad no le importa, él gana su dinero y ayuda a la casa, y ya esta cerca la idea de juntarse mejor con la Mónica, su novia de 15 años. Su mamá no lo sabe pero está pensando irse mejor a vivir a la casa de Teresa su suegra aunque le apura dejar a sus hermanos y a Matilde con todo el trabajo y las deudas, pero él piensa que si no le hace así -cuándo va a progresar-.
Apurado, agarra su gorra y se hecha la sudadera encima. Está estrenando playera y deja el lonche en el suelo para acomodarse las letras que no pudo coser bien a su sudadera, se apura y agarra un alfiler con el que acomoda la M que alude a la banda de la colonia Las Misiones y se alista en salir. Matilde aún no acaba de agarrarse el pelo y acomodarlo en el cuenco de la gorra, cuando se acuerda que iba a comprar un nuevo pañuelo para la boca porque el que tenía ya esta verde por el “Saladet” y se huele a humedad y choquia. Se apura y se amarra el pedazo de tela que le cubre apenas las nalgas encima del pantalón y avienta su lonche al balde verdoso y rojizo con el que levanta el tomate y la fresa.
A duras penas le avisa a Serafín que se lleve a quemar la basura y guarde los gallos que se quedaron desparramados en el pequeño solar. No se despide ni mira a Hortensia, apenas se acerca a la estufa y agarra la tortilla quemada. Ya no la mira, solo la guarda despedazada en su palma sucia, con la intención de írsela comiendo en el camino. Se asoma a la esquina y ve que el camión ya está terminando de recoger a los últimos trabajadores que se irán cerca de Camalú a trabajar el tomate con García. Se apura y suelta la tortilla para levantar la mano y esperar que entre la noche, Don Enrique, el chofer le vea la señal y la espere.
David avanzó mas rápido que Matilde, siempre lo hace, ya no la espera, no le ayuda con el bote y ya no hace equipo con ella en el fil para terminar de pizcar más rápido sus surcos. David solo espera el sábado para cobrar el cheque de la semana, comprarse un “gallo” e irse a la Maclovio al baile y pescar morras. Él ya se quiere ir “al otro lado”, le dijo a Serafín su hermano que pronto se iría, que tendría que cuidar de su hermana. Serafín no le creyó pero aún así le contó a su mamá. Para Matilde la sola idea de pensar en la salida de David le provoca vueltas en la cabeza, le recuerda el destino de Efraín y siente como si su hijo se estuviera despidiendo desde ahora. En eso pensaba Matilde en el camino cuando Don Enrique arranca el camión y debajo de la tolvanera nocturna y la música en el radio, no escuchó el grito de Matilde, quien se quedó parada viendo las luces rojas del camión y oyendo cada vez más lejos la chinela de su región.




De la colaboración en: www.huellasmexicanas.com


23.2.10

Zona de contacto




Las noticias en México abundan y desolan. La “guerra contra el narco” ha tomado una enorme relevancia en la vida pública del país. La situación de violencia que prevalece en buena parte del territorio nacional ha mermado las conciencias de los ciudadanos. No es para menos. La mayoría de los habitantes se encuentran sojuzgados con las atrocidades de las noticias del día. Las informaciones que circulan por la red y los medios impresos dan cuenta de la realidad violenta que parece haberse estacionado en amplias zonas del territorio: De frontera a frontera, de sur a norte, del medio rural al medio urbano, todo parece anegado.
La prensa narra y aglutina en notas periodísticas la fulgurante realidad del país: un estado débil, copado por el crimen organizado y una ciudadanía vertida en el miedo y la indignación (Ver nota de la Jornada del 13 de febrero de 2009 y El País 10 de febrero de 2010). Desde Juárez y Tenosique, el Istmo sureño, Michoacán, Veracruz, Tabasco, Sinaloa, Baja California y el Estado de México entre muchos otros, contienen la masa visible de la estructura territorial y el contexto geocriminal de la delincuencia organizada del país. Los recientes asesinatos de un grupo de jóvenes y adolescentes reunidos en una fiesta en Ciudad Juárez, fue la gota que derramó el vaso. Se dice que en México el problema no es el narcotráfico, sino lo que esté ha generado: Un tejido social corroído, unas instituciones con nula credibilidad, y un narco estado llamando a la puerta.
La situación de la violencia prevaleciente, se traduce en una exaltación de la impotencia. La población se observa atada de manos “aquí en Juárez o te mueres por las balas o te mueres de miedo” señala un poblador. El argumento principal de esta guerra: la lucha por el territorio y el control de las rutas de trasiego. Pero ¿cómo se articulan estas rutas, con las rutas de migración establecidas en el territorio nacional? ¿Funcionan de manera independiente o son parte de un entramado integral de circuitos en dirección sur-norte? ¿Cuál es la zona de contacto?
En un contexto general, la demanda de drogas en los países consumidores refuerza la estructura lucrativa de los países productores, quienes ofertan en un mercado fructífero de carácter global. De esta forma producción, circulación, y consumo asociada al tráfico de drogas, refiere a la triada origen, transito y destino asociada con los flujos poblacionales. Sin embargo, esta asociación no solo se establece en términos analíticos, es también palpable en términos reales. La estructura organizacional del crimen organizado referido contempla además el tráfico de personas, el secuestro de migrantes, la extorción y la violación. Es decir, detentan el uso de la violencia como elemento legitimador.
De esta manera, articulados desde el Sur los circuitos parecen convertirse en un eslabón integral de una sola cadena que se dirige al Norte. Los registros y testimonios que establecen una relación entre migración y crimen organizado ponen en entredicho el carácter autónomo de los flujos y circuitos de migración que se han construido en el tiempo. Particularmente resulta un hecho que la migración centroamericana es la que padece tal interrelación. Esto es, la migración reciente. La migración mexicana, ya sea por el carácter histórico en el que se sustenta o por la consolidación de sus redes y circuitos parece estar más desligada de este sistema de desasosiego. Los estados de Chiapas y Tabasco parecen contener el nodo de la construcción de esta otra red. El robo, secuestro, extorción y asesinatos se libran en los márgenes de estas entidades (Ver Revista Proceso, febrero 2010) y se canalizan a su vez hacia Oaxaca, Veracruz alcanzando los márgenes de la frontera en Tamaulipas, Juárez y Tijuana.
Cuando se realizan recorridos por los espacios fronterizos del norte del país se habla del establecimiento de lugares “calientes”. Lo caliente alude a los sitios donde se interrelacionan las actividades del crimen organizado y los flujos poblacionales. El Sásabe, una pequeña localidad en Sonora es un claro punto de encuentro. Su dinamismo en los últimos años se explica por el desarrollo de una de las rutas de migración indocumentada más importantes en la actualidad y por la actividad que el crimen organizado desarrolla en la localidad. El desierto es la mejor metáfora de este sitio: sin autoridades, con pocos servicios, con una aduana poco funcional, el Sásabe en el desierto de Sonora –como señala Campbell- es una gran roca. Las autoridades, los polleros locales, los transportistas, los enganchadores, todos saben de las actividades del crimen organizado en la región y todos se ven beneficiados con su presencia. El migrante incluso, puede sacar ventaja de esto, claro está con el riesgo enorme que esto representa: se tienen registro que en esta localidad fronteriza a los migrantes se les utiliza como “burreros”, “cargueros” o “pateros” es decir, se les utiliza como medio de transporte de la droga. Se les dice: si te llevas esta mochila y la entregas en determinada ciudad nosotros aseguramos tu tránsito por zonas menos inhóspitas que hará que estés en el otro lado en poco tiempo, eso sí, si te agarran nosotros no nos metemos.
En la frontera Sur también existe esta modalidad de trasiego y se complementa con la infiltración. Varias de las casas de los migrantes instaladas en varias entidades del centro y sur del país, quienes se dedican a auxiliar a los migrantes en tránsito, están infiltradas por migrantes mismos quienes han sido reclutados por el crimen organizado. Su labor es identificar dentro de estos albergues a potenciales migrantes que puedan ser objeto de secuestro y extorción. La compleja organización sobre la que funcionan estos grupos se basa en la violencia. Su complejidad operativa articula por igual los circuitos de estupefacientes y la mano de obra que de igual forma tienen como meta el mercado de consumo y laboral en suelo estadounidense.
Todo esto habla de la globalización de los sistemas de reclutamiento de mano de obra y del mercado de drogas en la región. La mercantilización de la mano de obra no se puede explicar de otra forma en este contexto. El territorio mexicano parece referir a un espacio complejo en disputa, donde los migrantes son un eslabón más de un esquema de trasiego complejo de acotar. Todo esto habla además de la realidad de la migración mexicana, de sus nuevos obstáculos a librar y de las fuerzas estructurales que la sostienen y a la vez la impulsan.

15.2.10




Fue en agosto de 2008. Apostados en las bancas del Parque de la Amistad, mirando hacia el Norte, dos familias se encontraron admirados por el paisaje que les venía de frente: Una tanda enfilada de barrotes de metal que se los tragaba el mar; un sobrio reculeo del sonido de los “moscos” deambulando por la zona; un par de patrullas de la Border Patrol instalados en la cúspide de la arena; y la ciudad de San Diego que a lo lejos distingue sus rascacielos y el puente de la Joya a travesando la bahía. Paisaje común y agreste en el rincón de Latinoamérica. Es una tarde apacible en Playas de Tijuana, en el extremo oeste de la ciudad fronteriza.
Ubicados en lo alto del tumulto de tierra del lado mexicano, las familias y los niños que aun jugando se acomodaron a degustar los sabores que unos elotes calientes y unos raspados de sabor les daban a sus bocas. La tarde corría sin prisa.
Debajo, en la arena, a orilla del mar, dos hombres asomaban sus cabezas entre los barrotes que separa a los dos países. Acto común y cotidiano en el lugar. Arriba la calma.
Desde lo alto teníamos posición privilegiada para peinar el paisaje. El lugar, aún con una malla de metal corroída por el oxido, permite apreciar la calma del mar y los colores de la tarde.
Seis de la tarde, cambio de turno. El “mosco” se movió tierra adentro, la Border Patrol encendió motor y se perdió en uno de los caminos trazados para la vigilancia. Dos segundos después, como un chispazo de valentía y premeditación, uno de los hombres que abajo en la playa, asomaba su cabeza cruzo su cuerpo por los barrotes de metal y corrió sobre la arena blanquecina del lado americano. No volteo, ni titubeo. Siguió corriendo, cada vez más de prisa. Avanzo unos 50 metros, no desacelero, corrió y no volteo. Su meta: el pequeño caudal de agua donde crecen unas matas cortas de arbusto. Su fin último: la ciudad de San Diego.
Arriba las familias y los que observaban interpretábamos: es un loco que anda tanteando a la Border; deja que ya lo van a agarrar al cabrón.
El hombre se alejaba cada vez más. Arriba, un pequeño silencio.
De la duda, llego la certeza y los comentarios: Dale, dale; este cabrón si se aventó; pégale más rápido hermano que te van a chingar. Los comentarios venían incluso de los niños que viendo exaltada a la gente interpretaron la escena como un juego. Se emocionaron.
El hombre lo logro, se perdió a la vista y se perdió en las matas verdes del pequeño estero.
Tres minutos adelante. El segundo hombre inicio la misma carrera. Éste a diferencia del primero desde un inicio dudo. Cien metros delante la Border Patrol le sale al frente. El Jeep de apresta amenazante con luces encendidas y llantas derrapando, salpicando la arena. El hombre apremia el regreso. Los oficiales se estacionan a buena distancia, se bajan, encañonan el rifle y disparan. Arriba estupefactos señalando: Este no la hizo; dale, dale que te dan… dos disparos, uno dio en el blanco. La bala de goma pego en la pierna del corredor. Solo disminuyo la velocidad por el grito de dolor, pero siguió, ya estaba a pasos de llegar nuevamente a los barrotes. Este como el otro también lo logró. Cruzo de regreso y estaba a salvo.
Arriba, mujeres y niños emocionados por la escena gritaban de pie. Los hombres chiflaban y hacían señas obscenas a los de la Border Patrol. Todos participaban de la escena. La migración ilegal por Tijuana sigue siendo un acto de la vida cotidiana.
Los datos agregados así lo demuestran: La Encuesta sobre la Migración en la Frontera Norte de México (EMIF-NORTE) registra que en uno de los flujos (procedente del sur) con destino a la Frontera Norte de México y los Estados Unidos, ubica a los estados de Baja California y Sonora como las dos entidades fronterizas por donde mayor flujo de personas circulan. El estado de Baja California, y la ciudad de Tijuana en particular concentran cerca del 30% del total del flujo en todas las fases en que se ha registrado el flujo. Las políticas de control de las fronteras implementadas por el gobierno de los Estados Unidos desde 1993 y hasta la fecha, no han sido efectivas en detener el flujo de personas que de manera indocumentada tratan de llegar a los Estados Unidos, más aún sus efectos solo se han visto en tres aspectos: en el desvió del flujo hacia zonas mas peligrosas (como lo es el desierto de Sonora); en el aumento de los costos que implica realizar el cruce y finalmente en la importancia de los actores (polleros, coyotes) que se necesitan para realizar el cruce. En conjunto las medidas adoptadas para el control de las fronteras han representado la muerte de cerca de 5 mil personas en este periodo.
Luego de descansar un poco en la arena, el segundo hombre subió hasta donde estábamos todos. Las familias se arremolinaron a hacerle preguntas. El hombre estaba bien. Había sido deportado hacia una semana. Tenía 12 años viviendo en Los Ángeles y su familia aún se mantenía allá. Era originario de Zacatecas y estaba solo. Había conocido al primer hombre en “la línea” y habían planeado en ese momento intentar cruzar. Luego de pedirnos un poco de dinero para la cena comentó: aquí me quedo. Ahora tendré que esperar a la una de la mañana el cambio de turno para volverlo a intentar. Espero en dos días estar en casa. Luego de ello se fue.
Las familias comenzaron a organizar su retiro. Eran las 7 de la tarde y la noche comenzaba a aparecer, pero los niños aún exaltados preguntaban a cualquier hombre solo que veían acercarse a la zona. ¿Usted también es migrante? ¿También va a cruzar? ¿Lo podemos ver?

De la colaboración en: http://www.huellasmexicanas.com/

21.12.09














Regrese después de 8 años. El tiempo, es cierto, a veces parece detenerse. La gente más arrugada, con más pelitos blancos y mirada incendiada. Todos igual de fraternales.
Los niños han dejado de ser niños y han saltado a una casi adultez. Los cohetes en la madrugada celebrando el “8 chiquito”; el temporal que quemó la milpa y solo algunos vivarachos tendieron su maíz a los rayos del sol.
Los marranos aún deambulando por las calles apestosas y la fisonomía del lugar aún cruenta y estrafalaria.
Varias ausencias, poco calor, muchos jejenes.
Se extrañan las salsas de guaje verde, y el queso escurrido. Celebre el pan de lizo y la llegada de la telefonía local.
La única tortillería recién instalada en el pueblo, dará (desde mi perspectiva) al traste al sabor culinario más exquisito, leal y autentico de la región. Es cierto, hay cosas que se quedan, otras que llegan y algunas mas que ya no volverán.
Dormí bien sobre el tejido de la palma, y casi desapareció el temor al piquete del alacrán o el salto de la manquesca. Ahí tumbado en el suelo atolondrado desde antes que pintara el sol oía los movimientos diurnos de la gente preparándose para la celebración. Primero lo religioso: la banda de viento, las flores de pericón y cucharilla adornando las imágenes y el templo, los “principales” haciendo guardia cumpliéndole al pueblo y a su fe. Luego la romería: El pollo destazado, la venta del pan y la verdura, el cumpleaños de Tolentino. Las 5 de la mañana y los aires así eran de escandalosos.
Las noches se acompañaban de la charla, un trago de ron y las risas contagiosas de nuestros amables caseros. En el día las visitas y las semillas en la boca.
Varios ojos vidriados pero alegres. Muchas noticias, el mundo sigue.
Lo mejor, el mezcal.







20.11.09







tres años que te mudaste a una casa más bonita... y por acá se te extraña.

6.11.09

Ya Bájenle... pero de veras Ya Bájenle


BASTA!! MENOS DINERO A PARTIDOS


Si quieres unirte a esta campaña y firmar el documento que se enviará a los diputados... entra al siguiente link y fírmale




2.11.09

septiembre en el DeFe



...siempre es mejor celebrar la Independencia de México sin la figura del presidente en la Plancha del Zocalo

7.10.09

Me molesta la gente que no es consciente de los demás.
Aquellos que se estacionan en doble fila,
los que esperan la luz amarilla del semáforo solo para acelerar,
los que van escupiendo en la calle, y se hacen presentes en cada escalón de cualquier estación del metro,
los que ponen sus puestos de baratijas en las banquetas y obstruyen el paso,
los que se trepan a los vagones con sus mochilitas cargadas de dos bocinas ruidosas y venden CDs de a 10,
los que gritan cosas de Dios y de Cristo en la calle,
los que usan gel “Moco de Gorila”,
los que piden dinero en la calle tumbados en cualquier rincón exhibiendo alguna parte de su cuerpo podrida, con yagas o salpullido; aquellos que usan la lastima como tarjeta de nomina y nos hacen participes de sus propias desgracias,
los paleros del juego de “dónde quedo la bolita”,
los revisteros que exhiben sin menosprecio toda la pornografía y las revistas amarillistas de sus puestos,
los que fuman bajo el sol,
los que se ríen sin siquiera ayudar a los que se caen, tropiezan o resbalan en la calle,
los que se forman en las “cajas rápidas” de los supermercados con sus carritos repletos,
los que se hacen los ausentes en las combis cuando les pides pasar el pasaje,
los franeleros de las calles que te cobran 25 pesos por estacionar tu auto,
los que salen a la calle con sus mascotas y no levantan la caca de sus perros,
los que te piden prestado y nunca te pagan,
¡Creo que estoy envejeciendo!...
Me enternecen tus ojos grandes, tan grandes y tan profundos como un abismo infinito.
Cuando se abren, se abre parte de mi mundo.
Mi mundo que se acicala con tu voz.

23.9.09


Confieso. Extraño.

Extraño los aires de Santana: Aquellos que secan mi garganta y dan comezón a los ojos. Los que ponen al cuerpo en un permanente estado de elevada temperatura y que empujan la arena del desierto al mar.

Extraño la escalera de los depas: La escalera con diseño blanco, tan fuerte que pensaba que ante el desprendimiento de la península, sería el lugar más seguro de donde asirse.

Extraño Playas: Su Café Ross, el malecón, sus espacios amplios, el EuroBistro, el Latitud 32, el faro, los cocos del mar y los Mariscos, el Yougurt Place en domingo, sus paisajes, arboles y calles bacheadas, los tacos Polo y el pan de la Denisse.

Extraño mi colchón: Blanco, grande, acojinado y confortable.

Extraño los raspados Playas: Aquellos de coco y nuez.

Extraño el mar: Con su espuma extraña que correteaba los pies, ver los delfines obscuros tan cerca de la playa, las Islas Coronado, la fiesta dominguera.

Extraño la escénica: los paisajes, sus mares y montañas, sus letreros y pendientes floreadas de mayo.

Extraño las asadas y los ceviches de camarón.

Extraño la cerveza Mexicali y la Tijuana Bronca.

Extraño mi hogar.

15.8.09


Acteal... la impunidad y la amnesia

12.7.09

...tampoco podría hablarles de su nalga única, su nalga luminosa, su nalga-luna, delicia de los poetas mancos, su redonda y blanca nalga como una media esfera para adivinar la mitad más fría de la noche. (Palinuro de México, Fernando del Paso, 2007)

8.7.09

feliz inicio de semana

Piso de cuadritos remolidos, mobiliario espeso y frio, caras tiradas en el colchón con la mirada perdida, batitas blancas que amarran por detrás dejando al aire toda la dignidad, techos que se caen y gotean, quejidos, mugidos, olor apestoso a medicina y dolor humano. URGENCIAS.

El tiempo se detiene y te da tiempo de pensar. Acostado, sin almohada, con los pies helados y el dolor abdominal puede uno pensar en sí mismo, se contacta con el dolor, con la angustia y el nervio, se pone a ralla la vulnerabilidad de las personas y se incauta la esperanza en la sapiencia de los especialistas. La vida misma puesta en manos de otro. Valla inicio de semana.

La posibilidad de una operación, el dolor que no cesa y aumenta, el sudor frio, el temblor involuntario, las ganas de estallar en llanto, de gritar y mentar madres, llega el momento de suplicar.

Canalización, entubación, el suero que gotea y baja muy muy muy l e n t o o, sigues pensando.

Medicina, calma, sueño, evasión.

Te regresa el lamento que se desparrama por todo el lugar y golpetea la cabeza. Es fácil imaginar la escena, los tubos, las gasas, el aire intoxicado, sangre, ardor, llagas, opresión, inflamación, cólico.

Dos tubitos de ensayo llenos con uno de los líquidos vitales. No los ves, no sentiste la extirpación se van…

Llegan las historias. A la derecha mujer con supuración del abdomen. A la izquierda drogadicto con rodilla dislocada, sin seguridad social y con 11 años de cárcel encima. En frente, campesina con varilla atravesada en pie izquierdo. Atrás, joven de 17 años con aborto y oclusión abdominal. Arriba, techo de plafón con goteras e insectos espiando. Aun con medicamento y somnifero que calme el dolor es mejor estar atento y no dormir…

Diagnostico...

10 am. Ingreso.

10 pm. Salida.
Ayer mi sobrina de 4 años pregunto: ¿y qué es el PRI?
Quién puede tener una respuesta ante tal pregunta, quién.

29.6.09


y tú cuerpo de Romero y otoño en el solar... mi mar...